Acné cosmético

La aparición de este tipo de acné obedece a una irritación o reacción adversa provocada por la utilización de algunos cosméticos.

Se manifiesta en forma de pústulas inflamadas, espinillas, pápulas o puntos negros, afectando la zona de aplicación del producto en cuestión.

Que lo genere una reacción no significa que el acné cosmético surja de un día para otro. Requiere de cierto tiempo para formarse y desarrollarse.

Sin embargo, una vez que se presenta, puede persistir durante un prolongado espacio de tiempo. Incluso, aunque se haya dejado de usar el producto que lo provocó.

Dado que la relación temporal entre cosméticos y brotes de acné no es inmediata, es habitual tomar consciencia del problema demasiado tarde.

Incluso, suele suceder que, ante la aparición del acné, muchas mujeres aumentan la cantidad de cosméticos para esconder las inflamaciones.

Es decir que, sin darse cuenta, agravan aún más la situación.



Además del maquillaje, hay otros productos de belleza capaces de producir un brote acneico.

Por ejemplo, los champús, acondicionadores y tinturas para el cabello, que contienen aceites y otros ingredientes que, en contacto con la cara, pueden obstruir los poros ya que son difíciles de limpiar.

Por lo tanto, si las zonas más afectadas por el acné son la frente, la nuca y la parte alta de los pómulos, se debe considerar la posibilidad de cambiar alguno de los productos utilizados para el cabello.

Muchos jabones, lociones, cremas faciales y corporales, geles y exfoliantes son, también, productos pasibles de contener ingredientes capaces de obstruir los poros y generar brotes de acné. En particular los exfoliantes, ya que pueden tener componentes que irriten la piel.

Obviamente, la población femenina concentra el mayor riesgo de contraer acné.

Entre ellas, estan las que utilizan cosméticos desde la adolescencia y las que comenzaron más tarde. Sin embargo, el acné cosmético puede presentarse tanto en unas como en otras.



A diferencia del acné hormonal causado por la herencia genética, cuyo tratamiento es mucho más complejo, el acné cosmético es fácil de prevenir y de tratar.

Para solucionarlo basta con dejar de utilizar el producto (factor externo) que lo originó.

La manera más eficaz y sencilla de prevenirlo es estar atentos a las reacciones de la piel cuando se utiliza un cosmético nuevo.

Por ejemplo, si después de cierto tiempo aparecen signos de acné, lo mejor es no usarlo más.

Es importante tomar nota de estos cambios. Conocer la causa permite encontrar el tratamiento más adecuado.